Ésta es una época un tanto complicada para las personas Altamente Sensibles.
Se juntan los nervios, los compromisos, las reuniones y la planificación de comidas y cenas mediante horarios; a todo esto, se añade el sentimiento de tener que cumplir yendo de compras a comprar regalos, y sobre todo esa sensación de agobio cuando nos introducimos en algunos establecimientos llenos de gente, con el volumen de la música alto y el ritmo acelerado para que compremos sin ton ni son como gallinas sin cabeza.
Por otro lado, al ser personas excesivamente sensibles, recordamos con nostalgia algunas escenas o recuerdos. Tenemos añoranza por los tiempos dejados atrás y a veces nos da pena el no poder contar con gente o situaciones que ya no están.
Los PAS, también solemos ser algo extremistas y en bastantes ocasiones vivimos todo “a tope” sin tener en cuenta la mesura sobre todo en estas fechas, y, por ende, terminamos cometiendo excesos, no sólo gastronómicos, sino también físicos y emocionales.
No nos engañemos; las Navidades son intensas, y terminan saturando por regla general a los PAS, y a los que no lo son tanto también.
Por todo ello, intentemos dejarnos llevar, abramos nuestra mente, y evitemos en la medida de lo posible no cargarnos con culpabilidades, obligaciones o compromisos que no nos apetece asumir.
Atrevámonos a renunciar al control y mantengamos la esperanza de alcanzar sanos y salvos el 7 de Enero, con mucha alegría también y sobre todo con la ilusión de comenzar un bello 2018 cargado de cosas positivas y nuevas emociones intensas (y sobre todo sanas) por sentir.
¿Nos comprometemos a hacerlo?
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