He luchado más de 30 años de mi vida contra lo que era, contra quién era.
Siempre disfruté
emocionándome con melodías, paisajes, pajaritos en la acera, lunas gigantes y atardeceres violáceos. Me enamoraba sin ton ni son de las cualidades positivas de las personas; realmente las
admiraba, aunque a su vez también terminaba omitiendo lo malo.
Disfruté haciendo cosas
por el resto; me hacía y hace feliz, muy feliz.
Me frustré muchas otras
veces al no ser correspondida en detalles, cuidado y delicadeza, pero aun así continué sonriendo y cuestionándome muchas cosas...
Comprobé como mis
necesidades de desconexión y de estar conmigo misma no eran muchas veces compartidas y sobre todo comprendidas por los que me rodeaban. Realmente tuve que dejar mucha gente en el
camino.
Me calificaron como
intensa, profunda y para la mayoría eso parecía ser malo... Hasta yo misma me lo creí y terminé buscando ayuda en muchos terapeutas que no me comprendían.
Seguí indagando y un día
encontré la clave. El origen de la aceptación de mi condición.
Comencé a ser benevolente
conmigo, a permitirme, a expresar sin miedo a perder. Aprendí a sentirme menos culpable y más segura, y con ello, la fuerza y la luz se colaron en mi vida.
Comprendí que yo tenía un
don, que no supe comprender en su momento y que los demás no eran capaces de ver, ya que su receptor no captaba muchas veces la onda o vibración de mi luz. No les culpo, yo tampoco fui capaz
de hacerlo.
Dejé de culparles y de
culparme y comencé a amarme como soy. Permití quererme y sentirme orgullosa por sentir, por vibrar, por gritar, o por llorar.... Lo más importante, aprendí a vivir así. Me permití
SER.
Lo más bonito es lo que
viene ahora, y es que éste es sólo el principio...El principio de mi vida, donde yo soy la protagonista y me pongo la primera sin miedos a perder, y sobre todo sin miedo a
perderme.
¿Te atreves a hacer lo mismo?
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maruja (jueves, 29 marzo 2018 12:33)
Hola, feliz d contactarle, de verdad, me gustaría tanto q me orientaras en tantas cosas....