¿Te has preguntado por qué nos camuflamos desde que nos levantamos?
¿Por qué tratamos de esconder nuestra esencia, nuestro tono, nuestro olor, eso que nos hace tan diferentes y únicos? Con esto no te estoy diciendo que mañana salgas a la calle con la línea del ojo sin pintar si eso te gusta tanto, o que no te eches desodorante por la mañana, me refiero a que terminamos enmascarando nuestra esencia, pensando que lo enrevesado y lo complejo es bello, y al final es todo lo contrario.
Considero que cuanto más genuina y sencilla es una persona más bella se ve puesto que no se desgasta tratando de dar una imagen que no le corresponde.
La sencillez, la espontaneidad y la inocencia son únicas.
Tus lunares son irrepetibles, al igual que el iris de tus ojos, tu sonrisa o tus gestos; ¿por qué habría que taparlos?
Intenta regresar un poco a la sencillez, compra menos, come menos, juzga menos, escóndete menos y enfatiza otros aspectos de tu personalidad que tan especial te hacen lucir.
Fomenta tus puntos fuertes, deja de esconder tanto los que consideras débiles, fluye con la vida y sobre todo ¡BRILLA COMO SÓLO TÚ SABES HACERLO!
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