Como adultos nos enfrentamos a situaciones diarias, obligaciones y tareas que debemos afrontar como personas responsables, pero no siempre nos hacemos cargo de ellas de la manera correcta. Nos tomamos todo demasiado en serio a veces y olvidamos banalizar las cosas. En ocasiones queremos ejercer tanto el control sobre algo que terminamos desgastándonos con la finalidad que nada se nos escape, que nada malo nos sorprenda y de esta forma estamos apagando sin darnos cuenta la chispa de la vida....
¿Te has preguntado por qué nos camuflamos desde que nos levantamos? ¿Por qué tratamos de esconder nuestra esencia, nuestro tono, nuestro olor, eso que nos hace tan diferentes y únicos? Con esto no te estoy diciendo que mañana salgas a la calle con la línea del ojo sin pintar si eso te gusta tanto, o que no te eches desodorante por la mañana, me refiero a que terminamos enmascarando nuestra esencia, pensando que lo enrevesado y lo complejo es bello, y al final es todo lo contrario....