· 

Vacío Existencial tras una Relación Tóxica

Hace poco recibí en el buzón una consulta de una Supermujer.

 

Me narraba que se sentía muy identificada con mi relato sobre las relaciones tóxicas y me comentó que creía que esta gente (los tóxicos) actuaban como si llevaran un guión aprendido sobre lo que tenían que hacer para conseguir someter a una persona.

 

Achaca el haber aguantado tanto sufrimiento a su falta de autoestima y ante su incapacidad de sentirse completa cuando se encuentra sola; en realidad prefirió permanecer al lado de un psicópata durante mucho tiempo intentando que la relación funcionase sí o sí a cualquier precio.

 

Me comentó que desde que salió de esta relación se encuentra “hecha un trapo”, insiste en que parece que le han arrancado el alma, que no sabe ni quién es y en que duda el volver a ser la mujer que era antes de conocer a este monstruo, a pesar de haber acudido a dos terapias psicológicas.

 

Ella no consigue salir de esta espiral de dolor y vacío existencial.

 

Aprovecho la contestación que le entregué reflejando mi experiencia personal, para ver si consigo con ella iluminar a otras mujeres tan bonitas como nuestra querida amiga MG.

 

Querida MG:

 

Me siento super reflejada con tu historia. Me pasó exactamente lo mismo que a ti, y mírame ahora. Creo sinceramente que todo lo malo que pasamos en la vida, al final nos aporta cosas positivas. En caso contrario, yo no tendría esta página ni este blog.

 

Me decidí a sacar todo lo acumulado durante los 4 años que duró esta tortura e intentar a ayudar a mujeres que estuvieran pasando por lo mismo. 

Como bien dices, desde el principio hay algo que nos grita…, algo que rechina, pero ante nuestra inseguridad, falta de autoestima (aunque nos creamos seguras y fuertes) y todo ello sumado al control, frialdad, y manipulación que ejercen estos seres sobre nosotras, terminan machacando nuestra potencia, alegría y las ganas de vivir.

 

Tras tres psicólogas y más tres años de terapia (porque estando con él ya necesitaba ir, pensando sin cesar que me estaba volviendo loca), a día de hoy te puedo asegurar varias cosas:

 

-      1. Me ha enseñado quizá hasta el momento la mejor lección de mi vida (aunque a veces se me olvide un poco ;P ) y ésa no es otra que primero, siempre tengo que ir yo por delante de todo, y aquello que me haga daño o moleste en mi vida debo desecharlo.

 

-      2. He aprendido muchísimo a base de dolor y sufrimiento, pero gracias a eso, conozco mis límites ya. Hay que tocar fondo para subir a la superficie y esto te ha venido de perlas seguro para saber cómo de profundo puedes llegar, eso sí, a partir de ahora ya sólo te toca salir a flote y resurgir, ¿¿vale??.

 

-      3. Soy más fuerte de lo que pensaba. He pasado por medicación, me he ido varias veces sola de vacaciones (cosa que ellos son incapaces de hacer), sé disfrutar de mis momentos, he conseguido sobrevivir y brillar, he conseguido superar algo muy gordo y me siento orgullosísima de mí, y esto nadie me lo quita.

 

-      4. Ahora ya detecto a estas personas a la legua. Tu ex era tóxico (de estos hay muchos), pero intuyo por lo que me cuentas que a su vez era como el mío, psicópata integrado. Ellos no sienten ni padecen. Son crueles, no les da pena nada, aunque a veces lo simulen llorando y compadeciéndose de los más débiles, pero tú para ellos no eres una persona débil, eres su enemigo y nunca cesan de hacerte daño hasta que te ven hundida en la más absoluta miseria.

Lo bueno de todo es que has salido con el radar más agudizado a la hora de detectar a estos seres, por lo que de aquí en adelante te será más fácil identificarlos y evitarlos.

 

Ahora viene el problema hacia nosotras:

 

Toda relación tóxica que soportamos viene causada siempre por un problema de autoestima y de necesidad de que nos quieran. Viene de una codependencia intrínseca, que se ha ido gestando a través del paso de los años en nuestro interior y esto es lo que SÍ O SÍ DEBEMOS SOLUCIONAR.

 

Para ello lo que aconsejo es:

 

-Ir a una terapia, a ser posible psicoanalista que nos obligue a indagar de dónde viene esa carencia. A veces es muy doloroso hacer introspección, pero debemos llegar sí o sí al punto de partida de esta inseguridad.

 

-Sacar fuerzas de debajo de las piedras. En estos momentos nos sentimos inhumanizadas, sin brillo ni identidad.

Es una sensación terrible; es aquella como la que a veces describimos como estar “falta de alma”. Ésta es una consecuencia directa de haber estado enganchada durante mucho tiempo a un tóxico. Él ya se encargó de que nuestra cabeza le siguiera a todas partes, preguntándonos el “porqué” de sus comportamientos, y haciéndonos esperar refuerzo-castigo de una forma indiscriminada (recordad la indefensión aprendida).

 

-Da pasitos poco a poco tras pasar el luto. Debemos ser conscientes que hemos sido manipuladas lentamente y ahora es el momento de despegar.

 

-Ilusiónate por cosas pequeñas externas a ti. No te quedes centrada en el dolor existencial que te invade. Intenta poner el foco en pequeñas cosas que veas bonitas por la calle, ilusiónate con planes, conoce más amigas, apúntate a alguna actividad que esté relacionada con algo que te haga ilusión, o con algo que te gustara hacer antes de estar con esta bestia parda.

 

-Cree que se puede. Las heridas no se curan de la noche a la mañana, pero te juro que se sale de ésta. CONFÍA EN QUE ESA CHICA FANTÁSTICA QUE BRILLABA ESTÁ AÚN DENTRO DE TI. RECUPÉRALA!!

 

Verás como todo pasa y un día te das cuenta que ya no duele, que ya no duele nada 😉, confía en mí.

 

 

Te mando un beso muy grande y mucha fuerza!

 

"

 

Os mando a todas lo mismo!! ÁNIMO QUE NOSOTRAS PODEMOS VOLVER A SONREÍR!!

 

 

Escribir comentario

Comentarios: 0