Querido lucípeto:
Quiero decirte que mi vida sin ti es mucho más entretenida (y sobre todo colorida).
Te acercaste a mí porque te enamoraba mi luz, eso de lo que tu carecías, y conseguiste embelesarme con tus bailes y danzas...
Cuando te ví por primera vez deseaba volar..y tan alto como tú.
Te veía dinámico, dicharachero, fuerte, y creía ver en ti mucha luz (parecía que eras tú el que brillabas...).
A medida que pasaba el tiempo, te acoplabas en mi vida, diciéndome piropos, dándome atención y cariño; y más tarde, comenzaste a darme arena haciendo cosas que me desestabilizaban, que me producían chispazos y cortocircuitos.
Con ello, poco a poco y casi sin darme cuenta, conseguiste ir estropeando esa bombilla halógena que era mi vida, mi esencia, mi fuerza, mi energía, potencia, felicidad, sonrisas, ilusiones, y ese compuesto de vivencias, cariño de amigos, familia y positividad que era yo... Al final lograste, literalmente "fundirme los plomos".
De tanto gustarte mi brillo, intentaste por todos los medios brillar como yo, y en este proceso, me apagaste y aniquilaste.
Tras mucho sufrir, pasarme mil noches sin dormir, dedicar millones de minutos de mi vida para averiguar por qué hacías disimular que ya no te gustaba mi
brillo...llegué a tocar fondo.
Dicen que en la Vida, como en una piscina, hay que tocar el fondo; llegar hasta el fondo del abismo para poder subir para arriba (o esto, o no sobrevives para
contarlo).
Gracias a mis generadores de vida, los míos, los que me quieren, desperté y cogí impulso para salir, y
una vez en la superficie, me di cuenta que ese brillo que tanto me enamoraba de ti y que tantas lágrimas me hizo derramar y
derramar a los míos al verme sufrir, era mi reflejo, y tú no eras más que un espejo sin fondo, que reflejaba mi luz, pero a su vez absorbía mi energía.
Me había enamorado de mi brillo pensando que era tuyo....
Querido lucípeto o polilla.... Deseo que sigas buscando de forma incesante algo de brillo para tu vida en los demás. Eres triste. Y por otro lado te agradezco enormemente la lección del ayer.
Gracias a ti, aprendí que yo brillo, que merezco lucir y seguir luciendo, y que tengo muchas personas, generadoras de luz a su vez y a mi alrededor, deseando hacerme brillar con nuevas ilusiones.. y sobre todo cuidando de mi esencia y mi luz. Ellos no se nutren de ella..procuran su continuidad, de hecho cada día me aportan más con sus enseñanzas y cariño.
Querido lucípeto:
Gracias por cruzarte en mi camino. Fíjate en el brillo de otro y echa a volar bien alto y bien lejos. ;)
(Dedicado a todas las polillas que necesitan acercarse a la luz o al Sol que más calienta al tener la sangre fría).
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