Es posible que al despertar comiences a desarrollar tu día a día de una forma lineal y sucesiva, como en piloto automático. Tenemos claro los pasos que debemos dar. Desde levantarnos de la cama, lavarnos la cara, preparar nuestro desayuno, llevar a los niños al colegio y regresar a casa pasando por el Mercadona y luego dedicar un rato al gym, duchita, dormir y a comenzar de nuevo.
Estamos sumergidos en una espiral estipulada y controlada casi al 100%, lo único que puede sorprendernos desgraciadamente es tener que someternos a un gran atasco de forma inesperada, tener más o menos lío en el trabajo, que el peque se nos ponga malo, o que decidamos “hacer pellas” y no ir al gimnasio porque hoy nos sentimos cansados.
Dentro de nuestro día a día hay un montón de pequeñas decisiones que tomamos, pero en cambio nos olvidamos de lo más importante, que es IMPROVISAR. Esto es lo que realmente marca la diferencia, lo que decidimos de forma inesperada, inusual o rápida.
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Por eso el decidir de forma rápida, cambiar la ruta o la rutina nos lleva a recuperar nuestro poder. El DECIDIR, y el LLEVAR A CABO esas decisiones, nos hace recuperar la fortaleza que nos entrega la libertad y la responsabilidad. Nos sentimos super fuertes, potentes, adultos y nos aporta sentido a nuestra vida.
De nada sirve seguir el mismo camino todos los días ya que nuestra Neuroplasticidad no se desarrolla. Nuestro cerebro se acostumbra a funcionar en otro nivel cuando te sales de la rutina y cuando cambias o improvisas tu forma de actuar y también de sentir.
Cada vez que aprendes algo nuevo, observas algo diferente o escuchas algo distinto, las conexiones nerviosas neuronales (la sinapsis) se realizan de una forma distinta y con ello, se establecen nuevos surcos de transferencia de información que nos capacitan para ser cada día más inteligentes y a disponer de mejores armas para nuestra supervivencia.
No es más rico quien más dinero tiene, sino quien más vivencias diferentes atesora en su memoria y su retina.
Por ello, hoy puedes intentar decidir hacer algo distinto, cambia tu rutina, conduce por otra parte de la ciudad, toma tu café en un sitio diferente, acude a una exposición gratuita, queda a última hora del día con una persona a la que hace mucho que no ves, escucha otro tipo de música, o atrévete a comer algo a lo que nunca te hayas atrevido…
Así que te sugiero que DECIDAS TANTAS VECES COMO PUEDAS, y luego deseo que tengas tanta fuerza de voluntad como para llevarlo a cabo.
¡ABRE TU MENTE Y PRUEBA A DECIDIR!
Cuando decides te empoderas, por lo que “Decide tantas veces como sea necesario”
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