Estoy en ese momento

Estoy en ese momento en el que me he cansado de perseguir lo que “creía mejor” para mí.

 

Estoy en ese momento en el que he decidido abrir mis manos para dejar marchar lo que no me hace bien o lo que tantas veces generó daño en mi mente y en mi corazón.

 

Estoy en ese momento en el que he comprendido que lo que resistes, persiste; que lo que no consigues superar, se va a terminar repitiendo hasta que cambies de táctica y lo afrontes.

 

Estoy donde dejo de luchar y decido por fin fluir.

 

Estoy en ese momento donde vuelvo a confiar en las personas, e intento deshacerme de la necesidad de una pantalla y un botón a mi lado.

 

Estoy en el momento de dejar de querer aparentar, para querer llenarme de paz, bienestar, compresión conmigo misma y con gente que merece la pena.

 

Estoy en ese momento en el que decido sentir, hacer de un instante algo que me llene toda una eternidad.

 

Estoy donde para mí las caricias son demostraciones de afecto, no sólo de atracción; donde brillan los ojos por admiración, no por deseo y donde los besos son de consuelo, no brotan como cebo.

 

Estoy en el momento en el que soy consciente que si yo me apruebo, lo demás sobra; en el que si sufro es desde mi ego, no desde mi ser, y en el que de todo aprendo y en el que todo acepto, porque cuando tú te aceptas, con tus luces y tus sombras, es realmente tu momento, tu momento perfecto.

 

 

Este es mi momento.