Ya no te tengo miedo Soledad

Quiero decirte soledad que me hiciste mucho daño. Cuando no te entendía y no te tenía a mi lado me aterrabas.

 

El miedo a que aparecieras era horrible. Tanto, tanto que hacía muchas cosas que me incomodaban, no apetecían o incluso me dañaban para evitarte.

 

Descubrí mi alma y mi cuerpo, los dejé desnudos con tal de no tenerte presente en mi vida, y con ello lo único que conseguía era más daño, me quedaba más sola, y a su vez te tenía más entre mis brazos.

 

Una vez más comprendí que cuanto más intentas evitar una cosa, más te la pone delante la vida para que aprendas la lección.

 

Fue cuando me di cuenta que tenía que abrirte las puertas de mi casa, hacerte mi compañera de piso, de cama, de viajes, de vinos, de bailes y hasta de tertulias para comprobar que no te temía a ti, me estaba tratando de evitar a mí.

 

En ese preciso instante decidí entonces amarme, tomarme de la mano y dedicarme palabras de cariño. Me acostumbré a mirarme en el espejo con ilusión y magia, con aprecio. Me sentía orgullosa cuando hacía bien las cosas, y comencé a no dudar de mí o del modo de ver el mundo. Me acepté, me admiré y hasta me abracé para que no dejarme escapar.

 

Entonces tu desapareciste de mi lado dejándome la mejor de las lecciones…

 

 

Soledad, DESDE QUE YO ME TENGO, YA NO TE TENGO MIEDO.

 

 

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